Voces de Expertos
por
José Luis Estrada Rodríguez
Democratizar la ciencia para 2024: un reto para conectar a toda la sociedad
31
de
January
de
2024
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En este artículo se describen los retos que existen para ampliar la comunicación de la ciencia y establecer un puente entre los científicos sociales y los ciudadanos; para atender las necesidades y promover la participación colectiva, para garantizar la comunicación ciudadana, así como la ciencia abierta. En las conclusiones se plantean sugerencias para impulsar la incidencia social y la aplicación de los conocimientos para la solución de los problemas sociales.

https://doi.org/10.60647/4h5x-yw87

Existe un amplio debate en torno a democratizar la ciencia, es decir; que todos los ciudadanos, estudiantes e interesados en el conocimiento puedan tener acceso en las revistas, periódicos, libros y artículos científicos. Empero hasta ahora no ha sido posible; porque existen varios medios de divulgación científica que no son accesibles para todos y hay bases de datos que alojan los artículos científicos a lo cuales no todos pueden acceder.

Esta problemática no es un tema nuevo, Paz, et. al (2016) reconoce que incluso los propios investigadores pueden carecer de este tipo de herramientas para su labor científica; porque no todos tienen acceso a las bases de datos que pueden ser muy costosas para las universidades y centros de investigación. Existe todavía un puente roto entre la ciencia y los ciudadanos, aún cuando todos deberían verse favorecidos con el trabajo de los científicos, sus hallazgos y la utilidad de sus descubrimientos.

El problema es que debe verse la ciencia como un bien público. La incidencia social es uno de los temas que se encuentra en la agenda de la investigación actualmente. Se plantea que los ciudadanos deben ser los receptores de los beneficios que se producen en los laboratorios y en los proyectos de investigación aplicada tanto en las ciencias duras como en las humanidades. Por ello, recientemente en nuestro país se transformó la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, que contempla el derecho humano a la ciencia, como una de las principales modificaciones que surgieron de la reforma al artículo tercero constitucional, aprobadas en 2019.

Por lo cual, esta investigación tiene como objetivo describir cuáles son los retos que tiene el desarrollo científico en los próximos años, con base en las reformas impulsadas por el gobierno federal y el Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT).

El derecho a la ciencia

El quehacer de los investigadores en las universidades públicas que sostiene el Estado a través del presupuesto y apoyo en los recursos humanos tiene como principal meta solucionar los problemas de la sociedad en todos los ámbitos, bajo una visión transversal y multidisciplinaria. Por ello, el CONAHCYT ha privilegiado el desarrollo, el acceso abierto y la participación de todos los sectores en la producción del conocimiento, impulsando el derecho a la ciencia como principal paradigma.

Se pretende con ello, impedir la desigualdad científica y evitar que se privilegie el derecho de propiedad contra el derecho humano a la ciencia. Es decir, Camhaji et al. (2020) sostiene que anteriormente sólo algunos se beneficiaban de los conocimientos científicos, por medio de la exclusión y restricción a estratos sociales menos favorecidos y más vulnerables. Esto sucede cuando los investigadores desean publicar en revistas prestigiadas que exigen el pago de sus servicios editoriales y que pueden llegar a ser muy costosos. El propósito de proponer la ciencia abierta es precisamente hacer pública la investigación de los científicos de manera gratuita y que pueda impactar en solucionar problemas de la sociedad.

Existe una transición en nuestro país, porque se está abriendo la necesidad de hacer públicas las investigaciones no sólo en revistas que tienen un alto costo; sino también en repositorios abiertos de universidades; así como coloquios, seminarios y congresos. Evitar la centralización de la investigación también es un proceso que se está dando poco a poco.

Este planteamiento está basado en el reconocimiento del papel que tiene el Estado para impulsar el desarrollo de nuevas capacidades por medio de la ciencia y el impulso de la tecnología para solucionar los problemas de un país en vías de desarrollo. Al respecto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que todos los hombres y mujeres, como ciudadanos tienen derecho a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten (Herrera, 2021).  Incluso, podemos señalar que no todo el conocimiento científico está en los centros de investigación, también existe ciencia ciudadana; caracterizada como aquella que se produce como un diálogo de saberes, con participación de ciudadanos que no son necesariamente científicos o personas especializadas pero que ayudan al desarrollo de los conocimientos sobre un tema (Mesía-Montenegro, 2021).

Asimismo, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), plantea como prioritario establecer una agenda de investigación que tome el desarrollo sostenible y los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) como una forma de incidir en la población y en la sociedad. La discusión sobre el acceso a la ciencia es relevante porque existe mucho desconocimiento de los hallazgos científicos y el acceso a estos conocimientos. Las universidades públicas se han convertido en un espacio para la deliberación pública, para el debate de las ideas y la difusión de los descubrimientos científicos, no sólo de las ciencias duras, sino también de las ciencias sociales y humanísticas.

Por lo cual es preciso que las políticas públicas para la divulgación de la ciencia se fortalezcan en cada una de las entidades de la República Mexicana y a nivel nacional en plataformas de acceso libre y se promueva una verdadera participación de todos. Democratizar la ciencia implica adoptar los seis principios generales de la ciencia abierta que a continuación se enumeran: 1) Metodología abierta, 2) Código fuente abierto, 3) Datos abiertos, 4) Acceso abierto a publicaciones, 5) Revisión por pares abierta, 6) Recursos educativos abiertos.

De acuerdo con la investigación de Parejo-Cuellar, et. al. (2023), recientemente se ha incrementado el número de artículos científicos sobre la comunicación de la ciencia, el tema subió a la agenda porque justamente en 2021, después de la pandemia, aumentó el interés por la comunicación de la ciencia en revistas indexadas con respecto a años anteriores. Antes, sólo se generaban artículos en revistas no indexadas, pero ahora ocupan espacios en revistas de alto impacto.

Romper las malas prácticas en la ciencia

Durante 2023, más de 10 mil artículos científicos fueron invalidados por contener información falsa, autoplagio o datos imprecisos, esto fue dado a conocer por la Revista Nature, que se mostró preocupada por los fraudes que ocurren en el ambiente científico (Toche, 2023). Es decir, en la apertura a la ciencia se han cometido algunos abusos y errores que es preciso enmendar. La combinación de estas prácticas deshonestas, y la presión por publicar a la que están sometidos los investigadores bajo la premisa de “publicar o morir”, puede poner en riesgo su imagen y credibilidad de los científicos.

También existe una proliferación de revistas e investigaciones que se suben a la red. En un estudio realizado, por el Parlamento Europeo, se encontró que menos del 2 % de los artículos biomédicos examinados en una muestra de más de 20,000 artículos publicados en 40 publicaciones contenían elementos de manipulación deliberada (Evroux, 2022). Las nuevas tecnologías han propiciado un amplio desarrollo de la investigación, pero también manipulación informativa.

Dentro de las malas prácticas también se pueden señalar: a)  Fabricación de datos, b) Falsificación de datos, c) Manipulación de imágenes, d) Interpretación errónea de datos, e) ocultar datos a la comunidad científica, f) Negar la autoría a colaboradores, g) Maltrato de animales en laboratorio; entre otras que deben desterrarse (OECD,2007).

En ese mismo sentido, Clément Evroux (2022) sostiene que la integridad científica es lo que se requiere para garantizar investigación de calidad; considerar que los conocimientos científicos son un bien público y bajo ese precepto debe estar libre de cualquier mala conducta e intereses ajenos que puedan tergiversar la información o solidez de los resultados científicos.

Bajo este planteamiento, en nuestro país debe reforzarse la responsabilidad institucional, la cual plantea que los científicos deben garantizar sus resultados a través de la revisión de pares académicos, cuerpos de investigación, grupos y asociaciones; es decir, en el escrutinio colectivo. Por eso, la revisión de pares académicos está vigente y fue una de las recomendaciones que hizo en 2017 la UNESCO, como una forma de garantizar el avance de la ciencia en todo el mundo (Evroux, 2022). Los mecanismos de vigilancia en la calidad sólo pueden garantizarse con la comunidad científica.

Democratizar la ciencia significa construir un espacio de diálogo profundo entre los propios investigadores para garantizar que los conocimientos sean útiles a la sociedad; pero también que los propios ciudadanos participen en foros y debates para mejorar la comunicación implicada en la producción, intercambio y uso del conocimiento científico.

REFERENCIAS

Camhaji, A.; Alicia Acosta y Rafael Íñiguez (2020), Derecho humano a la ciencia: su incorporación obligada en la LGCTI, Forum. Noticias del Foro Consultivo, núm. 56, México, Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A.C.

De la Peña, J.A. (2004), Un vistazo a la ciencia en México, Ciencia Ergo Sum, vol. 11, núm. 2, julio-octubre, 2004, pp. vi-x.

Evroux, C. (2022). Scientific integrity: Handling knowledge as a public good, Briefing, European Parliamentary Research Service, noviembre 2022.

Herrera, F. (2021). El derecho de la humanidad a la ciencia. Debates contemporáneos, Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, México.

Mesía-Montenegro, C. (2021). Innovación social y ciencia ciudadana en la gestión del patrimonio en un escenario post COVID-19. Revista de Ciencias Sociales, 27(2), 13–17.

OECD (2007). Best practices for ensurting scientific ingrity and proventing misconduct. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Nueva York, USA.

Parejo-Cuellar, M., Flores-Jaramillo, S., Carcaboso-García, E. (2023). Tendencias en producción científica sobre comunicación de la ciencia durante el período 2017-2021. Revista Española de Documentación Científica, 46, (4), e368. https://doi.org/10.3989/redc.2023.4.2003.

Paz,  L.E.,  Peralta,  M.J.,  y  Hernández,  E.A.  (2016),  Estudio  bibliométrico  de  la Revista Centro Agrícola, Cuba. e-Ciencias de la Información, 6(2), 1-22.

Toche, N. (2023). Más de 10,000 "papers" fueron invalidados en 2023: Nature, El Economista, martes 19 de diciembre de 2023. https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Mas-de-10000-papers-fueron-invalidados-en-2023-Nature-20231219-0030.html

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