30/03/2024
El posicionamiento del que parto es desde los feminismos menstruales (Aguilar, 2023) desde un lugar situado escribo en primera persona (Cumes, 2011) porque no solo abordo la temática sobre arte menstrual feminista, sino que lo realizo. Me considero una mujer menstruante, pero a su vez parto de la premisa de que no todas las mujeres menstrúan ni todas las personas que menstrúan son mujeres (Tarzibachi, 2017).
Los feminismos menstruales son un término acuñado recientemente por Andrea Aguilar (2023), quien argumenta que es fundamental sacar a la menstruación del baño, es decir, que la hagamos pública. Este enfoque feminista abarca cuerpos plurales que han sido estigmatizados y feminizados. Para elaborar el concepto de feminismos menstruales retoma a Lorena K’abnal , feminista maya comunitaria, quien aborda la importancia de posicionar al cuerpo-territorio- vida cotidiana y de considerar que el primer cuerpo en donde habitamos las violencias, por ejemplo, al vivir el tabú menstrual es ese cuerpo que menstrúa.
Los feminismos menstruales permiten cuestionar el tabú hacia la sangre menstrual Gutiérrez Tibón (1984) investigador italo-mexicano señala que no imaginó tratar el tema del tabú de la sangre menstrual, pero al investigar y viajar a diversas comunidades se da cuenta que curiosamente la única sangre que era un tema tabú era la menstrual.
Para la autora Esther Harding (1987) el tabú menstrual es el primero de la humanidad y está relacionado con creencias religiosas como la judeocristiana sobre no tocar objetos mientras se menstrua. Judy Grahn (1940) argumenta que la menstruación es el nombre secreto de la sangre no nombrada, es decir, es la sangre que no se nombra y la que no miramos, a pesar de que vemos sangre en muchos espacios desde la televisión, las películas o libros que a veces nos narran situaciones de violencia, entonces pareciera ser que al hablar de una sangre que da vida en palabras de Lorena K’abnal (2022) existe un rechazo. Por ejemplo, esto se refleja cuando quienes menstruamos nos cuidamos de no mancharnos.
Por último, es fundamental problematizar el tabú menstrual desde una perspectiva integral, BioPsicoEcoSocial, concepto propuesto por Emilia Almanza una de las iniciadoras de los activismos menstruales en México y actualmente educadora en salud menstrual.
Eli Bartra (2005) realiza una crítica al Arte con mayúsculas, que invisibiliza al arte con minúsculas. El Arte con mayúsculas es aquel al que solamente ciertas personas pueden acceder, sobre todo seres masculinos blancos de clase alta. También existe un arte con minúsculas que es invisibilizado. Ella lo retoma desde las artes populares, yo lo retomo para abordarlo desde el arte menstrual que, si bien existe, ha sido invisibilizado.
Lara la risa (2021), quien realiza arte feminista, argumenta cómo antropólogas feministas recuperan que las pinturas rupestres contienen huellas de registro que al parecer se conforman de sangre menstrual. No se había descubierto porque en la investigación principalmente realizada por cuerpos masculinos radicaba una mirada sexista. Yolanda Sobero (2021) cita a la antropóloga Lourdes Prados, quien argumenta que “sí hay restos de mujer, pero ha sido la investigación la que no ha sabido poner luz sobre ellos, lo que es un claro sesgo andrógino de la investigación”, lo cual cada vez se cuestiona desde los feminismos. Si bien parto de un discurso no occidental, considero que es importante recuperar ciertas luchas feministas que han impulsado el arte menstrual. Chris Bobbel (2010) argumenta cómo la fotografía de Judy Chicago quitándose un tampón, en 1971, representa el inicio de arte menstrual.
Cada vez son más las mujeres quienes realizan arte menstrual como, Juliaro, Vanessa Tiegs y Zanele Muholi, entre otras. También existen cuerpos diversos y plurales como Effy Beth, quien fue una activista trans y se le cuestionaba el no ser mujer, ya que no menstruaba. Ella realiza un blog que nombra nunca serás mujer, cada mes publicaba un post y una fotografía de arte menstrual con sangre que le extrajeron en un laboratorio con el fin de representar doce meses de menstruación. En una imagen escribe “Siempre serás mujer”.
En mi caso, desde hace cuatro años, cada mes, pinto con mi sangre menstrual. No ha sido un proceso fácil porque implica romper todos los tabús aprendidos y en palabras de bell hooks (2017) esto me permite cuestionar mi propio sexismo interiorizado y el rechazo hacia mi menstruación. Para cuestionar el tabú menstrual, inicié con el uso de toallas ecológicas en el 2018 y a la vez regaba las plantas con mi sangre menstrual porque es abono para ellas. Después comencé a dibujar con mi sangre menstrual a inicios del 2020, como no uso copa menstrual me apropié de otras formas de pintar , a veces con el papel manchado, con mis dedos o con toallas húmedas. Este proceso a su vez me permitió tocar y conocer mi cérvix, así como atreverme a mirar mi vulva a través de un espejo.
A continuación, comparto fotografías de algunas pinturas realizadas con mi sangre menstrual, dos de estas conservan un color café debido a que la sangre se oxida al entrar en contacto con el aire y la pintura que aún esta roja es porque tomé la fotografía inmediatamente después de pintar:
Cada vez somos más quienes visibilizamos el arte menstrual desde distintos territorios. Considero que el tejer redes con otras compañeras es fundamental. En mi caso me ha permitido darme cuenta de que el interés no solamente es mío, sino colectivo.
Como parte de la Red Educación Menstrual (REM) el año pasado mis compañeras y yo realizamos una convocatoria sobre la primera galería de arte menstrual 2023. Con el objetivo de visibilizar nuestra sangre a través del arte menstrual, ahora en este 2024 la convocatoria será con diversas formas de realizar arte menstrual, como la fotografía, el bordado, pintura que simule la sangre menstrua, entre otras.
Por último, desde el aspecto académico cada vez aumenta el interés sobre esta temática, ejemplo de ello es la tesis Menstruartivismo: Una herramienta para la agencia de las mujeres menstruantes de Eva Valadez Ángeles. Necesitamos seguir tejiendo redes y continuar visibilizando esta temática pues aún no se aborda en todos los espacios.