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¿Por qué aún no encontramos la cura para el cáncer?
12
de
June
de
2025
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Resumen

A pesar de décadas de investigación, inversiones millonarias en su estudio y avances científicos sin precedentes, seguimos sin encontrar una cura definitiva para el cáncer. Pero ¿por qué? ¿Qué hace a esta enfermedad tan difícil de erradicar? La respuesta no es simple, porque el cáncer tampoco lo es. No se trata de una sola enfermedad, sino de una multitud de padecimientos con causas y comportamientos distintos, capaces de adaptarse, esconderse y resistir nuestros tratamientos más avanzados, cada uno con su propia biología, causas, evolución y formas de resistencia. Incluso dentro de un mismo tipo de cáncer, las células pueden comportarse de manera diferente, adaptarse a los tratamientos, e incluso volver más fuertes tras ellos.

Debido a la diversidad de esta enfermedad, además de eventos que permiten a las células tumorales regresar a estados primitivos, alterar la expresión de sus genes sin cambiar el ADN, así como la participación de factores externos como el microbioma o la inflamación del cuerpo pueden influir en su desarrollo (Routy,  et al., 2018. Garret W.S. 2015), e inclusive hay algunos tipos de cáncer que sobre estimulan receptores que podemos encontrar inclusive en células sanas (Hanahan, D. 2022), es que hasta el momento, la cura universal para el cáncer sigue siendo inalcanzable.

Comprender por qué no hay aún una cura no solo nos permite ver los desafíos, sino también vislumbrar el camino hacia soluciones más efectivas y humanas.

Palabras clave: Cáncer, adaptabilidad, biología

Cuando hablamos de "encontrar la cura del cáncer", podríamos estar simplificando uno de los problemas más complejos de la biomedicina moderna. El cáncer no es una sola enfermedad, sino un conjunto de trastornos que involucran el crecimiento descontrolado de células en distintas partes del cuerpo. Cada tipo de cáncer tiene una biología particular, y dentro de un mismo tipo, hay subtipos con diferentes características moleculares propias (Hanahan & Weinberg, 2000. Hanahan & Weinberg, 2011).

Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define al cáncer como un conjunto de enfermedades que se pueden originar cuando células anormales crecen de forma descontrolada, sobrepasando sus límites siendo capaces de invadir tejido u órganos adyacentes (OMS, 2023). Aunque la proliferación y la muerte celular son características que las células sanas mantienen bajo un control estricto, se ha demostrado que el desajuste en la homeostasis de estos procesos, provocados por diversos factores (Saller et al., 2022. Pelengaris & Khan, 2013), son los eventos responsables que subyacen a esta enfermedad.

En general, la tasa de incidencia y mortalidad por cáncer está aumentando rápidamente en todo el mundo; siendo esto un reflejo tanto del envejecimiento y el crecimiento de la población como también de cambios en los principales factores de riesgo de cáncer, varios de los cuales están asociados con el desarrollo socioeconómico. La Agencia Internacional sobre la Investigación del Cáncer reportó en 2022, una mortalidad asociada al cáncer cercana a los 10 millones considerándola una de las principales causas de muerte a nivel mundial (Sung et al., 2021). Lamentablemente es un hecho que estas cifras se deben a la carencia de diagnósticos oportunos y tratamientos de calidad que enfrentan los pacientes con cáncer alrededor del mundo, pero también se pueden asociar a la complejidad de la enfermedad.

Inicialmente se propuso que este tipo de células se adaptan y sobreviven mediante la adquisición y selección de modificaciones, impulsada por múltiples mecanismos facilitadores. La aparición de dichas características distintivas puede verse como el resultado de un proceso evolutivo que culmina con procesos de plasticidad celular patológica (Ciriello et al., 2024).

Han pasado dos décadas desde que se propuso la existencia de marcadores fundamentales del cáncer. Inicialmente se identificaron seis capacidades fundamentales que las células adquieren para convertirse en tumores malignos, estas son: señalización proliferativa sostenida, evasión de supresores del crecimiento, resistencia a la muerte celular, capacidad replicativa ilimitada, inducción de angiogénesis y activación de la invasión y metástasis (Yu et al., 2019. Perekatt et al., 2018). Posteriormente, a esta lista se le añadieron: la reprogramación del metabolismo y la evasión del sistema inmune. Además, se identificaron dos características habilitantes: la inestabilidad genética y la inflamación promotora de tumores (Flavahan et al., 2017).

En 2022, Hanahan propuso nuevos marcadores, el primero es la plasticidad fenotípica, esto permite a las células cancerosas regresar a estados más primitivos de su desarrollo. Este fenómeno también es conocido como desdiferenciación, en dicho proceso las células cancerosas adquieren características de células madre, volviéndolas capaces de resistir terapias y aumentar su auto regeneración. El segundo mecanismo permite a las células del cáncer cambiar la expresión de genes sin alterar el ADN, usando mecanismos epigenéticos. Estos cambios permiten que las células cancerosas activen genes que favorecen su crecimiento o silencien aquellos que podrían frenarlas (Hanahan D. 2022).

Cada cáncer tiene una firma genética diferente, responde de manera distinta a los tratamientos y se comporta de forma variable incluso dentro del mismo tumor. Esta heterogeneidad hace que una sola cura universal sea improbable. La quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas han prolongado la vida y curado ciertos tipos de cánceres. Sin embargo, la resistencia al tratamiento y la reaparición del tumor siguen siendo problemas comunes.

La comprensión de todas las facetas del cáncer ha permitido a los investigadores de este campo el desarrollo de terapias más precisas, como inhibidores epigenéticos, terapias contra el microambiente tumoral, manipulación del microbioma, inmunoterapia personalizada y tratamientos dirigidos a células senescentes (Hanahan D. 2022. Xia et al 2021). No hay una cura para el cáncer porque no hay un solo cáncer. La enfermedad evoluciona, se adapta y utiliza diversos caminos biológicos para sobrevivir. Aun así, el conocimiento acumulado y las nuevas herramientas biotecnológicas están acercándonos a terapias cada vez más efectivas y personalizadas.

En conclusión, aún no hemos encontrado una cura para el cáncer pues no se trata de una sola enfermedad, sino de una colección de enfermedades diferentes, sin embargo, cada día entendemos más las procesos y mecanismos que subyacen a este conjunto de patologías.

REFERENCIAS

Ciriello, G., Magnani, L., Aitken, S. J., Akkari, L., Behjati, S., Hanahan, D., Landau, D. A., Lopez-Bigas, N., Lupiáñez, D. G., Marine, J. C., Martin-Villalba, A., Natoli, G., Obenauf, A. C., Oricchio, E., Scaffidi, P., Sottoriva, A., Swarbrick, A., Tonon, G., Vanharanta, S., & Zuber, J. (2024). Cancer evolution: A multifaceted affair. Cancer Discovery, 14(1), 36–48.

Flavahan, W. A., Gaskell, E., & Bernstein, B. E. (2017). Epigenetic plasticity and the hallmarks of cancer. Cancer Discovery, 7(5), 476–481.

Garrett, W. S. (2015). Cancer and the microbiota. Science, 348(6230), 80–86.

Hanahan, D. (2022). Hallmarks of cancer: New dimensions. Cancer Discovery, 12(1), 31–46.

Hanahan, D., & Weinberg, R. A. (2000). The hallmarks of cancer. Cell, 100(1), 57–70.

Hanahan, D., & Weinberg, R. A. (2011). Hallmarks of cancer: The next generation. Cell, 144(5), 646–674.

Pelengaris, S., & Khan, M. (2013). The molecular biology of cancer: A bridge from bench to bedside (2.ª ed.). John Wiley & Sons.

Perekatt, A. O., Valenzano, M. C., Quiros, M., Iyer, N., Yoon, J., Bijjiga, E., Saltzman, D. A., McCole, D. F., & Dhawan, P. (2018). SMAD4 suppresses WNT-driven dedifferentiation in the intestinal epithelium. Cancer Research, 78(17), 4878–4890.

Routy, B., Le Chatelier, E., Derosa, L., Duong, C. P. M., Alou, M. T., Daillère, R., Fluckiger, A., Messaoudene, M., Rauber, C., Roberti, M. P., Fidelle, M., Flament, C., Poirier-Colame, V., Opolon, P., Klein, C., Iribarren, K., Mondragón, L., Jacquelot, N., Qu, B.,  Zitvogel, L. (2018). Gut microbiome influences efficacy of PD-1–based immunotherapy against epithelial tumors. Science, 359(6371), 91–97.

Saghafinia, S., Mina, M., Riggi, N., Hanahan, D., & Ciriello, G. (2021). Cancer cells retrace a hierarchy of differentiation during tumorigenesis. Cancer Discovery, 11(10), 2638–2657.

Saller, J., & Boyle, T. A. (2022). Molecular pathology of lung cancer. Cold Spring Harbor Perspectives in Medicine, 12(3), a037812.

Sung, H., Ferlay, J., Siegel, R. L., Laversanne, M., Soerjomataram, I., Jemal, A., & Bray, F. (2021). Global cancer statistics 2020: GLOBOCAN estimates of incidence and mortality worldwide for 36 cancers in 185 countries. CA: A Cancer Journal for Clinicians, 71(3), 209–249.

Xia, L., Oyang, L., Lin, J., Tan, S., Han, Y., Wu, N., Yi, P., Tang, L., Pan, Q., Rao, S., Liang, J., Tang, Y., Su, M., Luo, X., Yang, Y., Shi, Y., Wang, H., Zhou, Y., & Liao, Q. (2021). The cancer metabolic reprogramming and immune response. Molecular Cancer, 20(1), 28.

Yu, X.-X., Wang, F., Liu, X., Yuan, J., Yang, H., & Lu, G. (2019). Pathways regulating pancreatic development and their role in pancreatic disease. The EMBO Journal, 38, e100164.

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