La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el cuerpo celeste más cercano a nuestro planeta. Tiene un diámetro de 3,474 kilómetros, lo que representa aproximadamente una cuarta parte del tamaño terrestre, y se encuentra a una distancia media de 384,400 kilómetros.
Gracias a su cercanía, ha sido objeto de observación desde tiempos ancestrales y ha influido en la vida cotidiana de los seres humanos, desde el cálculo del tiempo hasta las mareas.
Los primeros registros sobre la Luna provienen de culturas milenarias. En Babilonia y Mesopotamia, los astrónomos ya elaboraban calendarios lunares hacia el año 2,000 a. C. En China y Egipto también se atribuía una gran importancia a sus fases. En el mundo prehispánico, pueblos como los mayas y mexicas estudiaban con precisión sus movimientos y los incorporaban en sus complejos sistemas calendáricos.
En Occidente, el filósofo griego Anaxágoras (siglo V a.C.) propuso que la Luna reflejaba la luz del Sol y que tenía una superficie rocosa, ideas adelantadas a su tiempo. Mucho después, en 1609, Galileo Galilei utilizó un telescopio para observarla detalladamente, revelando que tenía montañas y cráteres, desafiando la creencia de que era una esfera perfecta.
El Día Internacional de la Luna se celebra el 20 de julio desde 2021, por iniciativa de las Naciones Unidas. La fecha conmemora el alunizaje del Apollo 11 en 1969 y busca sensibilizar a la humanidad sobre la importancia de la exploración lunar como parte del desarrollo sostenible y el avance del conocimiento científico.
Además, este día promueve la cooperación internacional en materia de exploración espacial, en particular con miras a las futuras misiones que buscan establecer bases en la Luna y usarla como plataforma para llegar a Marte.